Según los datos revelados por un estudio llevado a cabo por investigadores españoles y publicado en la revista científica The American Journal of Clinical Nutrition, el consumo regular de vino tinto favorece de forma significativa el crecimiento de determinadas bacterias intestinales beneficiosas para el organismo.
Es conocido que el consumo moderado de vino es positivo para la salud. Uno de sus efectos más beneficiosos es su capacidad cardioprotectora, gracias la acción de los denominados polifenoles, presentes en el vino, que previenen la oxidación del colesterol del tipo LDL al tiempo que restan tensión a las paredes arteriales.