La Monastrell reivindica su personalidad y distinción entre los vinos españoles

Productores de Alicante, Murcia, Francia o Australia han estado reunidos en Alicante para reflexionar sobre el momento de inflexión que está viviendo este varietal. De ser criticado por muchos durante tiempo, a ser puesto en valor; de servir para mejorar otros vinos, a realizar por si mismo vinos de élite; entre estos márgenes se iniciaba la reflexión en el Congreso Monastrell realizado en el auditorio provincial de Alicante el 12 de noviembre y organizado por el Consejo Regulador de Alicante.

La mañana comenzaba con la “radiografía” de la planta realizada por tres expertos con sobrada experiencia en el tema: desde Luis Leza. Coordinaba a Vicente Sotés de la OIV, Adrián Martinez Cutillas, quien, desde el IMIDA murciano, ha realizado investigaciones importantes sobre clones y comportamiento de la variedad, y David López, de la Universidad Miguel Hernández.

Los tres ponían a debate la necesidad de una viticultura específica sobre la monastrell, con prácticas específicas y con aplicaciones a la enología.  La experimentación  debería incidir en la   adecuación  las técnicas vitícolas y vinícolas  para obtener  vinos  punteros en el mercado, lo  cual no es incompatible  con el aprovechamiento  de la versatilidad  que ofrece la variedad  para obtener nuevos vinos y  nuevas elaboraciones, o  incluso para material genético  de partida  en cruzamientos  que busquen nuevas variedades adaptadas a las necesidades.

Por otro lado, todo  parece  indicar que las condiciones en las que está presente la variedad Monastrell  en el Sureste de España son  plenamente adecuadas  para  poder ofrecer vinos  ecológicos, siendo esta una línea, sobre la que insistir, para diferenciar y valorizar sus producciones.  Una tendencia que ha comenzado pero que cabe desarrollar más.

La diferenciación  y la profundización en personalidad de los vinos  de la variedad Monastrell pueden conseguirse indudablemente  también  por la particularización de su origen. En este sentido se planteaba la posibilidad de zonificar más algunos terrenos particulares. Y por último se hablaba de la promoción bajo una marca común para estos vinos.

A continuación se realizaba un viaje por las zonas productoras que conducía Salvador Manjón de la Semana Vitivinicola y en al que nos llevan a Jose Ramón Lissarrague, Dave Brooks, en el caso de Australia, Garance Marcantoni para Francia y Bandol o Kiko Calvo, enólogo que ha trabajado en Estados Unidos. Todos tenían como común denominador que en todos los casos, la monastrell aportaba vinos muy especiales y personales, con mucha riqueza histórica y particularidades especiales, como el caso de los rosados franceses de la Provenza o las históricas viñas prefiloxéricas de la Bodega Hewitson en Barossa Valley. Por su parte, el desarrollo de esta variedad en Estados Unidos está produciéndose ahora y están previstos actos de promoción de vinos con la bandera de la monastrell,  lo que aporta un futuro de conocimiento amplio en todo el mundo, siempre vinculado a su expresión mediterránea y a cambios climáticos en muchas regiones, asociados a la carencia de agua.

Más tarde se pasó a un grupo de enólogos tanto de las regiones originarias  como de otros que, siendo de otras zonas, han aprendido a trabajar con la monastrell. Desde las connotaciones familiares que tiene para muchos o desde lo que suponen los terruños y especificidades, todos mostraban un gran amor por la variedad y grandes posibilidades de desarrollo para hacer vinos muy personales, o para hacer vinos muy del gusto del consumidor actual, como apuntaba Jorge Ordoñez. Cristina Alcalá supo sacar partido del grupo que tenía por un lado a Ramón Castaño, Paco Pardo, Luis J. Pérez Prieto y a Jorge Ordoñez, Juan Carlos López de la Calle, Stephan Point o Sebastian Boudon, todos estos que han trabajado con proyectos en Alicante. Se añadía al grupo Guillaume Tari, de la DO Bandol, quien contaba la importancia y referencia que ha tenido España siempre para sus vinos de monastrell y el trabajo que ellos han realizado para promocionarla como alta gama.

Por la tarde se pasó a otros debates enriquecedores, planteando la gran calidad que ofrece los vinos de monastrell en el conjunto de vinos españoles. Pedro Ballesteros ofreció una visión muy amplia en torno a la calidad de los mismos tras haber realizado una cata en Londres. A través de ella hablaba de la pendiente falta de definición en muchas zonas, y también planteó el debate de la autenticidad unida al de la rentabilidad para el agricultor. Este tema surgió cuando se hablaba de la depreciación de muchos vinos y de la “indignidad” que supone para el agricultor que algunas bodegas vendan a los precios que venden sin pagar la uva, momento que arrancó ovaciones por los asistentes. Deby Beard, por ejemplo completaba que en mercados como el mexicano, el consumidor, está abriéndose a otros vinos y variedades y que las posibilidades de maridajes con cocina local pueden suponer una estrategia para dar a conocer productos de tanta calidad como estos vinos. David Carbonell, como pequeño exportador, o Roberto Garcia Torrente de Cajamar contaban experiencias y medios que se ofrecen para promocionar estos vinos fuera de España y la imagen positiva que ofrecen. El grupo certificaba pues, y así lo validaba Rosa Angulo del Icex que eran muchas las posibilidades que se abren para ella y esa imagen de vinos diferentes y particulares debe aprovecharse para generar valor y riqueza.

Por ultimo Rafael Garcia Santos nos traía la parte gastronómica de la sesión. Junto con Maria Jose Sanromán, Cristina Díaz y Jose Joaquín Cortés proponían maridajes con cocina muy diversa, desde local, asiática,… Aunque Garcia Santos planteaba si la calidad de los vinos no los exime de la necesidad de maridarlos. A ello también contestaba Francisco Pomares , médico nutricionista quien recordó la pirámide de la dieta mediterránea y la necesidad siempre de comer y beber conjuntamente.

La jornada se cerraba con una presentación de 25 bodegas con vinos de monastrell entre los que se encontraban los australianos, franceses y los de las DDOO Alicante, Almansa, Bullas, , Jumilla, Yecla. En este sentido el presidente del Consejo Regulador de la DOP Alicante ponía el acento en su discurso de inauguración en la importante parte “solidaridad” con la que se ha trabajado este congreso contando con un gran número de colaboradores y uniendo a todas las zonas, bodegas, organismos, etc. en un ejemplo de lo que quiere ser Alicante, un lugar de hermanamiento y defensa de la autenticidad del viñedo y los vinos.